El origen de la Violencia
Cuando el hombre aparece sobre la faz de la tierra, en un medio natural difícil, establece relaciones de cooperación para lograr su supervivencia, y éstas prevalecen durante miles de años, y al sentirse amenazado reaccionaba agresivamente, por instinto de supervivencia al igual que los animales.
Pero puede verse ahora que, a diferencia de ellos, hay seres humanos que disfrutan al causar daño a otro. Es entonces, cuando la agresividad se convierte en violencia y ésta se ejerce sin control y sin compasión hasta dañar seriamente o causar la muerte del otro para sentirse superior.
Entonces, la violencia nace a partir de que el hombre es separado de su entorno natural. Ahora vive con sus propios valores y su propia cultura que le exige determinadas respuestas y comportamientos, cuyos fines ya no son de supervivencia, sino de conservar o acrecentar lo que posee y al sentirse controlado, le genera violencia. Por lo tanto, la violencia es producto de la evolución cultural y al cambiar lo que la motiva, puede desaparecer.
El psiquiatra Luis Rojas Marcos, explica que “Las semillas de la violencia se siembran en los primeros años de vida, se cultivan, se desarrollan durante la infancia y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia” (Revista fusión, 2001). Esto puede explicar las conductas violentas presentadas por los adolescentes hacia otros que consideran más débiles.
Durante mucho tiempo existió el mito acerca de la existencia del gen de la violencia, pero se ha demostrado que tal gen no existe, así como tampoco es cierto que la violencia sea una enfermedad, por lo que la solución a este problema cultural tiene que venir de la mano de la cultura proporcionada por la educación; pues “para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo”.
Las causas que generan la violencia son diversas: familias desintegradas, o en las que se ha convertido en una forma de vida, donde se emplea el castigo para corregir conductas, otras donde la madre es propiedad del marido y ambos ejercen dominio sobre los hijos; los medios de comunicación, películas que muestran asesinatos crudos, caricaturas donde se hablan a gritos, telenovelas donde el villano siempre “quita” a los que le estorban en sus intereses y nunca es descubierto; así como el entorno y el nivel social. El Dr. Ignacio Gómez de Terreros, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla (Revista fusión, 2001) asegura que después de un ejército en tiempos de guerra, la familia es la institución que incluye mayores dosis de violencia contra los niños. Además, la visión de tanta violencia gratuita puede hacer pensar a los niños que el uso de ella es la mejor manera de solucionar los conflictos pues ahora está en todas partes, en la casa, en la calle, en la escuela, en los estadios de fut bol, en internet.
Rojas Marcos (Revista fusión, 2001) afirma que lo que más predispone al ser humano a recurrir a la fuerza bruta y despiadada para aliviar sus frustraciones o resolver sus conflictos es haber sido objeto o testigo de actos repetidos de agresión durante la niñez.
La violencia entre iguales o bullying, había sido ignorada tanto por los padres como por los profesores, pero su incremento en número y cada vez más crueldad, ha obligado a fijar sus ojos en ella. Los niños son quienes más la utilizan de forma directa que consiste en golpes, amenazas, persecución y tormento, las niñas utilizan más las formas encubiertas, el aislamiento, la exclusión y la creación de rumores, injurias, falsos.